¿A qué me refiero con esto?
Veamos, las tipografías tienen la capacidad de comunicar emociones, tonos y personalidades a través de su diseño y estilo.

Cada tipo de letra tiene su propio lenguaje visual que se determinan por aspectos como la forma, el grosor y la altura de las letras. También podemos apreciar cosas como la presencia o ausencia de serifas y otros muchos detalles de su diseño.

Por ejemplo, una tipografía con serifas transmite sensación de formalidad y tradición, por el contrario, una tipografía sin serifas se define por tener líneas limpias que comunican modernidad y simplicidad.

Y es que cada tipografía tiene su personalidad, tal y como hacen las personas, estas nos dan muchas pistas sobre los valores de una marca que la utiliza o la orientación de una publicación que escribe con ella.

Por eso es importante realizar nuestros diseños con la tipografía adecuada y enriquecerlos utilizando distintos tipos de tipografías para no aburrir al lector. Al igual que el uso variado de tipografías, también podemos jugar con una paleta de colores atractiva para agregar un toque original y dinámico a nuestro diseño. Esto no solo atraerá la atención del lector, sino que también lo motivará a este a leer la información hasta el final, evitando que se aburra en el intento.

No hace falta decir que el uso de logotipos y fotografías sin derechos de autor, así como ilustraciones complementarán a la perfección nuestro diseño para hacerlo impecable.